La tesis «Los años de los transistores: la radio informativa en la Transición española (1977-1984)» se defendió el viernes 25 de febrero de 2022 en la Sala de Juntas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid. El doctorando, Samuel García Gil, presentó los aspectos principales de la investigación que ha desarrollado en los últimos cinco años ante un tribunal compuesto por María Antonia Paz (Universidad Complutense de Madrid), Ana Isabel Crispim Mendes Reis (Universidad de Porto) y Julio Antonio Yanes Mesa (Universidad de La Laguna).
J.R.R. Tolkien añadió el subtítulo «Historia de una ida y una vuelta» (or There and Back Again) al título del Hobbit. Posiblemente sentía que la historia que se contaba, más allá de la hobbitud de su protagonista, era esa. La historia de una persona tranquila a la que un anciano (en ocasiones comprensivo, en ocasiones malhumorado y gruñón) impulsaba a una aventura en la que el protagonista entra con una cuidadosa combinación de ilusión e imprudencia. Y en la que, contra todo pronostico, y perdiendo amigos en el viaje y derrotando a un dragón, consigue volver cuando muchos ya lo daban por muerto.
La historia de la tesis de Samuel García Gil no es tan épica ni tan dramática, pero no ha estado exenta ni de emociones ni de riesgos. Desde que en sus últimos años de formación en el Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid y en el Máster de Investigación de la Comunicación como Agente Histórico-Social, tuve la suerte dirigir tanto su Trabajo Fin de Grado como su Trabajo Fin de Máster, encontré una mente tan ambiciosa como dubitativa sobre los riesgos intelectuales que la vida académica nos pone delante.
Su salto al doctorado era una crónica anunciada en la que tanto Samuel como sus directores de tesis, el profesor de Historia Contemporánea José-Vidal Pelaz y un servidor, Salvador Gómez, profesor de Periodismo, hemos tratado de ofrecer una lectura comprensible de un medio -la radio- con mucha épica y gloria gracias al intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981. Pero con una memoria histórica escasa más allá de aquella «noche de los transistores».
El trabajo de Samuel ha sido lento, tortuoso, ingrato en ocasiones, y necesitado de una tenaz ambición («son dos palabras tenaza / mbición«) por desenmarañar un amplio conjunto de fuentes impresas, orales y archivísticas. El resultado no ha sido desdeñable, una tesis que podría haber superado las dos mil páginas, se comprimió en menos de 600 para tratar de ofrecer el pulso radiofónico de la transformación política, social y mediática de España en esa etapa. En estos tiempos que la investigación se mide por artículos, notas breves o micro-temas, resulta reconfortante el reto intelectual de ofrecer claves de comprensión a un periodo histórico como la Transición. Más aún a través de un medio que acompañó a todos los españoles dispuestos a escucharla durante cada uno de sus días y sus noches (incluida la del 23 de febrero de 1981).
En definitiva, un viaje de ida, con fecha de inicio el 26 de octubre de 2016, cuando inscribió su tema de investigación en el programa de doctorado, que concluye un 25 de febrero de 2022 en el que se realiza la defensa tras muchas horas de archivo, lecturas, búsquedas, participación en proyectos, estancias (en la Escola Superior de Comunicação Social do Instituto Politécnico de Lisboa y la Universidad Complutense de Madrid) y el esfuerzo por publicar investigaciones para, en el futuro, satisfacer las exigencias de las agencias de acreditación.
El día de la defensa fue, nervios incluidos, un día de agradable celebración y de reconocimiento. El tribunal planteó una felicitación al trabajo realizado, pero también realizó preguntas y desarrolló una crítica constructiva a cuestiones pendientes de pulir. Entre ellas, la profesora María Antonia Paz remarcó el valor de una «tesis tapiz» en la que, en su reverso, se encuentran nudos, hilos cruzados y una riqueza que, en ocasiones, supera a la de la propia imagen del anverso.
A partir de hoy ya será fácil felicitar al doctor Samuel García Gil por concluir con éxito su etapa de formación doctoral. Aunque estos éxitos son más gratos para los que conocemos la historia del reverso del tapiz y somos conscientes de cómo unas manos dubitativas e inexpertas han ganado seguridad y aplomo para participar en la construcción de la universidad del futuro.